martes, 3 de noviembre de 2009

Emociones urbanas


Las ciudades posibles son emociones urbanas, que descubro en mi ciudad y en tantas otras... las ciudades que me guardo, los pedazos recuperados y los pedazos perdidos.

Las ciudaes posibles tienen el color de la emocion, de los sentimientos. Hoy es roja de rabia; mañana es de un sereno azulado como el mar; lavanda como las primeras horas del amanecer, antes de ir a dormir; oscura como la soledad de la noche interminable.

Describir estas ciudades significa ponerle palabras a lo emocional, las ciudades cambian, las ciudades se crean dia a dia, desaparecen, resurgen, son tan reales y al mismo tiempo dudo, si existen realmente, como las ciudades invisibles del Kublai Khan.

Un territorio nunca visto realmente, si no a traves de un largo relato como el de Marco Polo, un invento , una justificacion a mis pensamientos, a mis angustias, a mis deseos.

Un territorio, una ciudad construida en mi imaginación, adaptada a la necesidad de vivir, un poco aca, un poco alla... dividida entre lo que hago y lo que quisiera hacer, entre lo que quiero y deseo, mitad pasión, mitad angustia, mitad razón, mitad sueño.

Como es su imagen urbana, su arquitectura?

Es una ciudad caotica, atravesada por avenidas de emociones, por ríos de dudas existenciales, con puentes que construyen la comunicación entre las partes, con grandes fortalezas y pequeñas callecitas sutiles, donde se camina de costado y no esta permitido correr.

Estas callecitas oprimen pero, es posible sentir el aire fresco respirarando hondo mirando hacia arriba, y si se respira con mucha fuerza se logra volar... Y es posible ver la ciudad desde el alto, simplemente plana, simplemente agena.

Sin la emoción de sus avenidas, sin las dudas de sus rios, sin la opresion de sus calles limitadas de fortalezas, es una ciudad como tantas. Solamente con la capacidad de volar es que tenemos esta mirada, el vuelo sutil e imaginado, real e inventado que permite otro punto de vista.

Dicen que en esta ciudad solo unos pocos logran volar y tener esa mirada racional, una bocanada de aire para analizar y volver a intervenir en la ciudad.

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